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RETIROS DE CONVERSIÓN

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Retiros de Conversión

Nuestra Visión es el trabajo de Acción Apostólica.
El plan de trabajo que Dios nos puso en nuestro corazones, para desarrollar en la comunidad, es la de realizar como actividad fundamental los retiros de conversión. Estos se efectúan de forma coordinada, desde su promoción espiritual (oración permanente), hasta su realización. Estos se llevan a cabo separadamente, por grupos de edades y sexo; jóvenes varones, señoritas; adultos varones y señoras. Oscilan entre 15 años hasta 65 o más.
Mensualmente realizamos un retiro, hasta completar un total de 10 como mínimo al año. Los retiros se realizan en local propio, situado en los alrededores de Rosario de Mora, en la Casa de Retiro Las Manos de Jesús, donde se cuenta con las condiciones básicas para atender hasta un total de 70 personas, entre iniciados y servidores.
Los retiros se realizan con máximo de 40 personas que se inician en el conocimiento del Kerigma y de la nueva vida en el Espíritu, según nos enseña la palabra en San Juan 3, 3b.

Así, queremos ser testigos evangelizadores dentro de la esfera y las limitaciones de nuestra propias vidas de seglares, sin pretensiones teológicas, llevando la experiencia de nuestras nuevas vidas a personas que están en las mismas condiciones espirituales y morales que nosotros estábamos antes de conocer a Cristo, ya sean personas que han vivido completamente alejadas de Dios y de la Iglesia, inmersos en su mundo de trabajo, de vida social, de complicaciones y problemas; los que quizá por haber recibido una base defectuosa han rechazado sistemáticamente las cosas espirituales sufriendo una especie de inmunización del cristianismo, a los que han sabido de Dios pero se han quedado en una fase tibia, sin profundizar, quizá solo a nivel de ritualismo externo. Dentro de nuestras limitaciones como laicos queremos transmitir a otros las maravillas que el Señor ha hecho en nuestras vidas.

Nuestros retiros no abarcan más que la proclamación kerigmática, el primer anuncio de la Buena Nueva, para que al empezar a vivir por la experiencia de Cristo, lo que salen de ellos estén listos, hambrientos y ansiosos de recibir y asimilar el rico alimento espiritual de la Iglesia, ya que el Señor nos ha mostrado que la catequesis edificada sobre un Kerigma sólido que verdaderamente haya cumplido su objetivo, NACER DE NUEVO, dará como fruto, cristianos victoriosos, creciendo en fe y sabiduría hasta la estatura de Cristo (Efesios 1,13), engrosando así las filas de la iglesia.